TOS CONVULSA

Tos ferina o convulsa: causa, síntomas y tratamiento

Descubre qué es la tos ferina o convulsa y cuáles son sus causas, síntomas y tratamiento en niños y adultos.

¿Qué es la tos ferina?

La tos ferina también llamada tos convulsa o convulsiva es una enfermedad bacteriana infecciosa que ataca únicamente a los humanos. La responsable es la bacteria Bordetella Pertussis, la cual secreta toxinas que dañan diferentes células del cuerpo y provocan los síntomas propios de esta enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina?

Para reconocer los síntomas de la tos ferina debemos analizar esta patología en tres etapas que componen su inicio y desarrollo, a saber:

Etapa #1

Es la denominada etapa catarral. Es la más contagiosa y se caracteriza por síntomas de secreción nasal y leve. Suele confundirse con un simple resfriado o gripe.

El diagnóstico de esta instancia es bastante complejo ya que no hay aumento de la temperatura corporal, y en la mayoría de los casos el médico dice que “no hay nada que hacer, es un virus y hay que esperar a que pase”. No obstante, existe un síntoma, la tos más fuerte, que puede presentarse por el término de hasta 15 días.

Etapa #2

Esta es la etapa llamada «paroxística» y puede durar varias semanas. En este momento, la tos aumenta en intensidad y frecuencia, se vuelve paroxística y aparece en series continuas de tos que terminan en una inhalación fuerte con un sonido único llamado «Whoop» (en inglés) originado por la falta de aire que se crea al toser. Llegado a este momento, en un ataque de tos pueden advertise los siguientes síntomas:

  1. Rostro enrojecido e incluso de tono azulado
  2. Engrosamiento y visibilidad de venas en zona del cuello
  3. Los ojos se destacan y sobresalen
  4. Vómitos luego del ataque de tos (eventual)
  5. Dificultad para respirar

Etapa #3

La tercera etapa denominada de «convalecencia» se caracteriza por una disminución en la frecuencia de los ataques de tos y en su intensidad, hasta que el paciente logra una plena recuperación.

¿Qué tan peligrosa es la tos convulsa?

Esto depende de cuán grave sea la enfermedad y el estado del paciente. El grupo de riesgo lo componen  bebés y los ancianos, quienes corren mayor riesgo de tener una enfermedad grave que puede derivar en una internación hospitalaria. Según estadísticas, un 50% de los bebés menores de un año que contraen esta enfermedad necesitan hospitalización.

Esta enfermedad puede derivar ser neumonía  (los bebés menores a un año que contraen tos ferina son más propensos a contraer esta complicación), deshidratación, pérdida de peso, trastornos del sueño, convulsiones, encefalitis (inflamación del tejido cerebral debido a la falta de oxígeno suministro al cerebro durante la tos), hemorragias cerebrales e incluso eventualmente daño cerebral y la muerte.

 ¿Cuándo es el momento de visitar al médico?

Siempre que la tos no desaparece transcurridos varios días y luego de haber realizado el tratamiento médico prescrito es momento de una consulta al profesional. También debe acudir con urgencia si se presenta un ataque de tos severo, del tipo descrito anteriormente, o si el paciente tuvo contacto estrecho con familiares u otros miembros del hogar con tos ferina.

La internación, como con cualquier enfermedad, depende de la gravedad de la enfermedad. Aquellos casos en que se presentan ataques de tos severos que causan pausas en la respiración o convulsiones requieren hospitalización.

¿Cómo diferenciar entre una tos ferina y un resfriado común?

En términos generales, un resfriado común se caracteriza por secreción nasal, dolor de garganta y fiebre leve. Puede ir acompañado de tos, pero suele ser una tos leve que desaparece naturalmente, pasadas una o dos semanas.

La tos ferina, en cambio, se caracteriza por un proceso de varias semanas de tos paroxística como se describió anteriormente.

¿Cuál es la causa de tos convulsa?

La bacteria Bordetella Pertussis, responsable de producir la tos ferina, se transporta fácilmente en el aire en forma de pequeñas gotas (microgotas). Por lo tanto, el contagio puede producirse de una persona a otra al estornudar, toser y tocarse las manos (que han tocado previamente a una persona enferma).

La bacteria se adhiere a las vías respiratorias y luego de un período de incubación de aproximadamente 7 a 10 días, suelen aparecer los signos de la enfermedad. En raros casos el tiempo de incubación puede extenderse hasta las 3 semanas.

Es importante notar que un paciente con tos ferina medicado con un tratamiento antibiótico sigue siendo portador con riesgo de contagio por hasta cinco días desde el inicio del tratamiento.

¿Cómo es el diagnóstico de la tos ferina?

El diagnóstico se realiza mediante una prueba molecular (PCR). Esta prueba se realiza en una muestra de la nasofaringe (la parte superior de la faringe detrás de la nariz) tomada con un hisopo o en una muestra de secreciones nasales (lavado nasal).

En personas mayores de un año, la enfermedad también se puede diagnosticar a través de un análisis de sangre, siempre que haya pasado al menos un año desde la administración de la vacuna y ya hayan pasado más de dos semanas desde que aparecieron los síntomas.

¿Existe un tratamiento para la tos ferina?

Así es, existe tratamiento. Administrar un tratamiento antibiótico en la primera etapa puede acortar la duración de la enfermedad.

El tratamiento antibiótico en la segunda etapa no surte efecto en el proceso de la enfermedad aunque si puede reducir el contagio y contaminación ambiente. Por ese motivo, es recomendable suministrar antibióticos al paciente. Se considera libre de infección aquel paciente medicado con antibioticos con al menos 5 días continuos de tratamiento.

Asimismo, es igualmente recomendable que todas las personas que estuvieron en contacto cercano con el paciente realicen el mismo tratamiento (miembros de la familia u hogar, amigos, etc).

¿Cómo prevenir la tos ferina?

El tratamiento preventivo es principalmente efectivo si se administra dentro de las 3 semanas posteriores a la exposición a un paciente infeccioso, pero si se trata de alguien que pertenece al grupo de riesgo, se debe considerar la posibilidad de administrarle el tratamiento hasta 6 semanas después de la exposición.

El grupo de riesgo incluye bebés de hasta un año, aquellos que sufren de supresión del sistema inmunológico y pacientes con enfermedad pulmonar crónica.

El tratamiento antibiótico recomendado para la prevención de la tos ferina suele ser azitromicina en cápsulas o nitil suspensión oral durante 5 días.

Existe una vacuna eficaz aplicada desde 1957 en la vacunación de rutina de los bebés en Israel. Desde que fue aprobada para su aplicación en el esquema de vacunación de ese país, la incidencia de la enfermedad ha disminuido en un 90%.

Prevención de tos ferina en mujeres embarazadas

La inmunización de la mujer embarazada al final del embarazo (preferiblemente entre la semana 27 y 36) la protege de contraer tos ferina y le permite compartir los anticuerpos desde la placenta al feto. De este modo, el recién nacido recibe una buena protección temporal contra la enfermedad, hasta tanto sea vacunado dentro del programa de vacunación infantil.

La vacuna se recomienda en todo embarazo, independientemente del número de dosis que la mujer haya recibido en el pasado, incluso en embarazos anteriores, o si ha tenido la enfermedad en el pasado.

En caso que la futura madre no haya sido vacunada durante el embarazo, debe hacerlo dentro de los 3 meses posteriores al parto, para evitar que ella y el recién nacido contraigan la enfermedad.

Tos ferina en bebés y niños

La inmunidad contra la enfermedad se desarrolla gradualmente, conforme al crecimiento y desarrollo, por lo que los bebés en sus primeros meses de vida no están completamente protegidos.

Si bien la vacuna no brinda una protección completa, al menos brinda una adecuada protección contra la enfermedad grave. Es importante notar que casi todas las muertes por tos ferina de bebés ocurren en quienes nunca habían sido vacunados.