¿Te hás preguntado qué es la saturación de oxígeno y cuál es su importancia? Un tema de recurrente tratamiento durante la pandemia causada por el Covid-19. ¡Descubrelo aquí y comparte!
Los valores adecuados de saturación de oxígeno se encuentran entre el 95% y el 100%. Estos valores pueden cambiar con enfermedades respiratorias, problemas circulatorios y otras situaciones.
El oxígeno es una molécula esencial para la mayoría de los seres vivos. Todas las células de nuestro cuerpo lo utilizan como combustible para llevar a cabo sus funciones. La saturación de oxígeno es una métrica que podemos medir y es muy importante.
La saturación de oxígeno se define como la fracción de hemoglobina en nuestra sangre que está unida al oxígeno y, por lo tanto, transporta oxígeno. La hemoglobina es una parte de nuestros glóbulos rojos que hace precisamente eso: transporta oxígeno a todas nuestras células.
La medición de este parámetro se ha convertido en un paso fundamental en la medicina. Cuando los valores de saturación de oxígeno están por debajo de cierto porcentaje, nuestras vidas están en peligro.
Este problema suele estar relacionado con enfermedades respiratorias. Por ejemplo, la neumonía puede cambiar estos valores, complicando el cuadro clínico. Por eso te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la saturación de oxígeno en este artículo.
¿Qué es la saturación de oxígeno?
Como mencionamos, la saturación de oxígeno es un parámetro que se refiere al porcentaje de hemoglobina unida al oxígeno. Este porcentaje puede variar en función de muchos aspectos, incluida la función respiratoria.
Los valores normales de saturación se encuentran entre el 95% y el 100% . Cuando el nivel de oxígeno cae por debajo del 89%, el cuerpo ya no puede realizar todas sus actividades correctamente.
Si los niveles de saturación de oxígeno caen por un período corto de tiempo, no hay necesidad de dañar nuestro cuerpo. Sin embargo, si esta situación persiste o se repite, tendrá consecuencias para los tejidos de nuestro cuerpo.
Cuando la saturación de oxígeno cae, entramos en un estado llamado hipoxemia. Esta es la forma médica de decir que el nivel de oxígeno en la sangre es más tardío de lo normal. Suele tener que ver con problemas circulatorios o respiratorios.
¿Cómo se mide la saturación de oxígeno?
Actualmente, existen varias formas de medir la saturación de oxígeno. La forma más común y accesible es mediante el uso de un dispositivo llamado oxímetro de pulso . Es un dispositivo que parece una pequeña abrazadera que se puede colocar en un dedo de la mano o del pie.
El oxímetro de pulso emite rayos de luz que atraviesan la piel y miden los niveles de oxígeno en la sangre. El mecanismo de acción es complejo, pero nos permite medir tanto la saciedad como la frecuencia cardíaca .
Otra forma de medir la saturación de oxígeno es a través de la gasometría arterial. En esta técnica, se extrae sangre de una arteria. A diferencia del pulsioxímetro, esta técnica también permite medir otros valores, como el porcentaje de dióxido de carbono o el valor del pH de la sangre.
Si bien un análisis de gases en sangre es una prueba más completa, también es más compleja e invasiva. Por lo tanto, por regla general, el oxímetro de pulso es la prueba más común, ya que es barata, rápida e indolora.
¿Qué pasa si hay hipoxia?
En términos generales la hipoxia ocurre cuando no llega suficiente oxígeno al cerebro. Es importante destacar que nuestro cerebro requiere oxígeno de modo constante asi como ciertos nutrientes para funcionar correctamente. La hipoxia cerebral afecta las partes más grandes del cerebro, llamadas hemisferios cerebrales.
La hipoxia puede ocurrir por varias razones. Primero, porque no hay suficiente oxígeno en el aire que respiramos. También depende de si nuestros pulmones pueden realizar su función correctamente. Es decir, absorben correctamente el oxígeno y eliminan el dióxido de carbono.
Además, la hipoxia puede deberse a un problema circulatorio. La sangre debe poder llegar a los pulmones y absorber oxígeno para llevarlo a todas las partes del cuerpo. Algunas causas específicas incluyen asma o enfermedades cardíacas.
El síntoma más típico de una baja saturación de oxígeno es la dificultad para respirar. También pueden producirse dolores de cabeza, mareos y debilidad. Si la situación persiste, también puede producirse confusión y desorientación.
Conclusión
Una persona sana en principio no tiene oxímetro de pulso en casa ni verifica su saturación de oxígeno. Sin embargo, es una medida básica en cualquier nivel de atención médica, especialmente si existe un problema respiratorio o sanguíneo.
La utilidad de estos pequeños dispositivos portátiles en la atención médica permite un mejor diagnóstico temprano. De un vistazo, el médico puede tener información importante para definir el tratamiento o la hospitalización.