¿Por qué el uso del respirador artificial se deja como último recurso? Descubre aquí cuáles son las consecuencias del respirador artificial en pacientes de diversas patologías.
Un análisis realizado en los EE. UU. En pacientes hospitalizados por COVID-19 mostró que la mayoría de los pacientes que estaban en respiración, hasta un 88 por ciento, no sobrevivieron a la infección con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 .
Según este estudio la tasa de mortalidad fue más alta para los hombres que para las mujeres. De lo contrario, los respiradores o ventiladores mecánicos empujan aire hacia los pulmones de pacientes críticamente enfermos que ya no pueden respirar por sí mismos.
Los principales objetivos del soporte ventilatorio mecánico están dirigidos a preservar la ventilación alveolar y la oxigenación arterial, mantener un volumen pulmonar adecuado y reducir el trabajo respiratorio, mientras se intenta minimizar la posibilidad de lesión pulmonar iatrogénica.
Cabe señalar que, reconociendo que pueden surgir complicaciones
por el uso de respiradores, algunas unidades de cuidados intensivos (UCI) en los Estados Unidos han comenzado a retrasar la colocación de los pacientes con COVID-19 en respiradores hasta el último momento posible, a menos que se trate de una instancia efectivamente de vida o muerte.
Los respiradores generalmente se usan solo cuando los pacientes están en condición crítica, y el 40-50% de los pacientes mueren después de la ventilación mecánica, independientemente de la enfermedad subyacente.
Además, el uso de respiradores tiene efectos secundarios. Es decir, debido a que la máquina respira por los pacientes, éstos a menudo sienten un debilitamiento del diafragma y de todos los demás músculos involucrados en la respiración.
Cuando todos estos músculos se debilitan, la respiración propia es difícil cuando el paciente se está preparando para ser retirado del respirador. Del mismo modo, los pacientes que usan un respirador tienen un mayor riesgo de lesión pulmonar aguda debido a la sobre-insuflación de los pulmones durante la ventilación mecánica.
Por lo tanto, los médicos deben calcular exactamente la cantidad de aire que debe proporcionar mediante un respirador, teniendo en cuenta el hecho de que una gran parte de los pulmones podrían estar llenos de líquido e incapaces de inflarse.
Cabe mencionar que el análisis mostró que la hipertensión arterial (57%), obesidad (41%) y diabetes (34%) son los tipos más comunes de problemas de salud existentes en pacientes con COVID-19. Asimismo, los diabéticos mostraban más probabilidades de ser sometidos a ventilación mecánica, ser ingresados en una unidad de cuidados intensivos (UCI) o desarrollar una enfermedad renal aguda.
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