El café natural brinda algunos beneficios para nuestra salud, pero ¿qué tan bueno o malo es el café instantáneo? ¡Hoy te vamos a revelar un gran secreto sobre esta bebida!
El café es una de las infusiones más populares del mundo. ¡Se cuenta como la segunda bebida más consumida después del agua! Miles de personas van al mercado todos los días a comprar este producto, pero ¿es bueno para nuestra salud?
Café natural vs café instantáneo – la diferencia
Tradicionalmente, el café más antiguo se cosecha en la granja. Estos granos verdes se extraen, se tuestan, se muelen y se preparan de acuerdo con el método que se prefiera: café espresso, italiano, francés y otros.
En el café instantáneo o soluble, el proceso industrial es más complicado. Existen dos procesos: secado por atomización y liofilización. En ambos casos, el café se tuesta, luego se muele, y los sólidos solubles se extraen con agua caliente. El extracto se centrifuga y se elimina con agua.
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¿Beber café instantáneo es malo?
Lo creas o no, el café instantáneo, a pesar de algunos procesos industriales a los que es sometido, puede brindarte algunos beneficios. Los beneficios que enfatizamos incluyen: reducción de cafeína, antioxidantes y nutrientes necesarios, ¡increíble!
Curiosamente, una taza de café instantáneo contiene de 30 a 90 mg de cafeína, mientras que el café normal puede contener de 70 a 140 mg. Sin embargo, más allá de esa ventaja, no todo lo que brilla es oro. El café instantáneo puede ser peligroso para tu salud. ¿Por qué? Porque este café contiene mayores cantidades de una sustancia llamada «acrilamida». Esta sustancia química es potencialmente nociva para el organismo, ya que se genera al tostar los granos de café.
¿Qué causa el exceso de acrilamida?
Lo creas o no, esta sustancia puede afectar tu sistema nervioso, parece que no es suficiente, puede aumentar la posibilidad de cáncer en varios órganos del cuerpo.
Experimentos realizados en animales de laboratorio revelaron que la acrilamida puede aumentar el riesgo de contraer cáncer y mutaciones genéticas.
En este sentido, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de Lyon la considera una sustancia química con potencial carcinogénico y la ha incluido dentro de un tipo de Clasificación oficial 2 (La sustancia «puede causar cáncer en humanos»).
No obstante, aún no se conoce cuál es la proporción de acrilamida que eventualmente podría alcanzar el umbral de toxicidad del cuerpo para comprometer nuestra salud y aumentar el riesgo de cáncer u otras enfermedades. Una buena noticia: la acrilamida no se acumula en el cuerpo sino que se biodegrada rápidamente.
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