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¿Tienes rigidez o dolor en las articulaciones? ¡Podrías tener anquilosis!

La anquilosis es un trastorno que afecta a las articulaciones y que se caracteriza por la disminución o la pérdida de movilidad debido a la fusión de los huesos o de los tejidos que las componen. En este artículo, explicaremos qué es, cuáles son sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento.

¿Qué es la anquilosis?

Las articulaciones son estructuras que permiten la unión de dos huesos mediante una cápsula articular, ligamentos y cartílagos. Estas estructuras facilitan el movimiento y la flexibilidad del esqueleto.

Esta patología provoca la reducción parcial o total de la capacidad de movimiento de una articulación debido a que dos huesos se han unido dentro de la articulación (anquilosis ósea) o a que los tejidos articulares se han endurecido o inflamado (anquilosis fibrosa).

Se trata de una condición capaz de afectar a cualquier articulación con capacidad de movimiento, pero las más frecuentes son las de rodilla, hombro, codo, tobillo y cadera. La pérdida de movilidad suele ser un proceso progresivo y, cuando es completa, el dolor articular tiende a desaparecer.³

Causas de la anquilosis

Sus son muy diversas y pueden ser congénitas, traumáticas, infecciosas o inflamatorias.

– Causas congénitas: se deben a malformaciones o defectos en el desarrollo de las articulaciones que provocan su rigidez o fusión desde el nacimiento.³
– Causas traumáticas: se deben a lesiones o fracturas que dañan las estructuras articulares y provocan su cicatrización anormal o su unión ósea.⁴
– Causas infecciosas: se deben a microorganismos que invaden las articulaciones y provocan su inflamación, necrosis o calcificación. Algunas infecciones que pueden causarla son la osteomielitis (infección del hueso) o la tuberculosis.
– Causas inflamatorias: se deben a enfermedades autoinmunes o reumáticas que provocan una respuesta exagerada del sistema inmunitario contra las articulaciones y provocan su inflamación crónica, degeneración o deformidad. Algunas enfermedades que pueden causarla son la artritis reumatoide (inflamación de las membranas sinoviales) o la espondilitis anquilosante (inflamación de las vértebras).

Síntomas

Sus síntomas están relacionados con la ausencia de movilidad articular y pueden variar según el grado, la localización y la causa que la provoca. Los síntomas más comunes son:

  • Rigidez: dificultad para mover o flexionar la articulación afectada.
  • Dolor: sensación de malestar o molestia en la articulación afectada, especialmente al inicio del movimiento o al cambiar de posición.
  • Inflamación: aumento del tamaño o del calor de la articulación afectada debido a la acumulación de líquido o tejido inflamatorio.
  • Fiebre: aumento de la temperatura corporal debido a una infección o una inflamación sistémica.

Diagnóstico

El diagnóstico de la anquilosis se basa en la exploración física por parte del médico y en pruebas complementarias que permiten confirmar el estado de las articulaciones afectadas y determinar su causa.

La exploración física consiste en evaluar el rango de movimiento, la presencia de dolor, inflamación o deformidad en las articulaciones sospechosas. Las pruebas complementarias pueden incluir:

  • Análisis de sangre: permite comprobar si hay infecciones, inflamaciones o alteraciones inmunológicas que puedan generarla.
  • Radiografía: permite visualizar el estado de los huesos y detectar si hay fusión ósea o calcificación.
  • Resonancia magnética: permite visualizar el estado de los tejidos blandos y detectar si hay inflamación, fibrosis o degeneración.
  • Artroscopia: permite examinar directamente el interior de la articulación mediante una cámara introducida a través de una pequeña incisión.

Tratamiento

El tratamiento de la anquilosis busca mejorar los síntomas y corregir la causa que la haya originado e incluye medicación, cirugía y fisioterapia.

  • Medicación: se usan antiinflamatorios y analgésicos para aliviar el dolor y la inflamación de la articulación afectada. También se pueden usar esteroides o inmunosupresores para reducir la respuesta inmunitaria en las enfermedades autoinmunes o reumáticas.
  • Cirugía: se puede recurrir a la cirugía para intentar reparar la articulación dañada o para sustituirla por una prótesis artificial. La cirugía puede ser abierta o laparoscópica, dependiendo de la gravedad y donde se localice. 
  • Fisioterapia: se realiza una serie de ejercicios terapéuticos, terapia manual, diatermia o electroterapia para recuperar la movilidad articular, fortalecer los músculos y prevenir las complicaciones.

En conclusión, la anquilosis es un trastorno que afecta a la movilidad y a la calidad de vida de las personas que lo sufren. Por eso, es importante consultar al médico ante cualquier signo de rigidez o dolor articular y seguir las indicaciones del tratamiento. Así se podrá evitar la progresión de la enfermedad y mantener una buena salud articular. Esperamos que este artículo te haya sido útil e informativo. Si tienes alguna duda o comentario, no dudes en contactarnos. ¡Gracias por leernos!