Un ataque de nervios no es un concepto científico pero todos sabemos de qué se trata. Existen varios estados psicoemocionales que lo caracterizan.
Para algunos, puede manifestarse con un llanto histérico, para otros, el deseo de aplastar y destruir todo lo que se interponga en su camino. Los psicólogos entienden por crisis nerviosa un trastorno mental reactivo con síntomas de neurosis y depresión o estrés postraumático. ¿Cómo evitar el «colmo»? ¿es posible tomar alguna medida para «extinguir» este estado sin provocar consecuencias más graves?
Causas de un ataque de nervios
Por lo general, una crisis nerviosa es extrema. La psique no soporta el estrés prolongado y una serie de eventos desagradables, como resultado, el sistema nervioso se agota y ocurre una explosión, cuando todo lo acumulado estalla. Pero ¿por qué algunas personas son lo suficientemente resistentes al estrés y no llegan a un pico de crisis de grado extremo?. La respuesta puede tener que ver con los siguientes factores:
- tolerancia al estrés;
- cualidades personales;
- edad;
- el estado físico;
- estado psicoemocional
- resistencia y adaptabilidad, etc.
Es difícil para una persona predecir incluso sus propias reacciones, sin mencionar a otras personas. Por lo tanto, no se puede decir que existan determinados grupos de personas más o menos susceptibles a los ataques de nervios. Por lo general, el nivel o límite de cada uno está determinado por las condiciones de vida o circunstancias con las que una persona creció y se desarrolló.
Cómo distinguir una crisis nerviosa de otros trastornos.
Un ataque de nervios puede manifestarse de diferentes formas, pero en general, existen algunos «síntomas» que lo indican:
- Hipersensibilidad, irritabilidad y ansiedad.
- Sentimientos de impotencia, desesperanza, inutilidad.
- Deseo de «olvido» (emborracharse, desconectarse, quedarse dormido, caerse en algún momento de la vida).
- Pensamientos suicidas y autolesivos.
- Falta de concentración.
- Ansiedad aguda, pánico , palpitaciones.
- Completa apatía e indiferencia hacia todo.
- Pérdida o aumento repentino de peso.
- Dolencia física sin manifestaciones manifiestas de enfermedad.
- La necesidad de aislarse.
Es importante notar que todas estas manifestaciones no ocurren por mucho tiempo. Estas manifestaciones con un ataque de nervios llegan casi de repente, y después de un colapso, todo vuelve a la normalidad, como antes. En caso de presentar síntomas persistentes, debe consultarse a un psicoterapeuta para descartar trastornos graves y enfermedades mentales preexistentes.
Cómo predecir un ataque de nervios
Para prevenir un «estallido» y comprender que está a punto de ocurrir una crisis nerviosa, es importante comprenderse y conocerse bien a sí mismo, con sus emociones y estados.
Los síntomas anteriores son el requisito previo para un ataque de nervios, por lo que puedes realizar un auto-examen para identificarlos. Pero sucede que un ataque de nervios o crisis nerviosa ocurre de modo repentino. Esto sucede cuando una persona no se escucha a sí misma y algunas de las experiencias acumuladas a nivel subconsciente. Existe una especie de «negación» en reparar en aquello que nos hace daño. Cuando no hay más espacio para la acumulación de experiencias en la «caja», se produce un colapso y es algo completamente normal: todos tenemos un límite para soportar condiciones adversas. Es una respuesta natural del organismo rebelarse ante aquello que nos hace daño o un perjucio que atenta contra nuestra salud o contra la vida misma.
Para hacer frente a esta difícil condición, lo principal es saber cómo actuar. Para rastrear la aparición de una crisis nerviosa y, si es posible, evitarla, puedes intentar rastrear la siguiente hoja de ruta:
- determinar qué es lo que provoca estrés o daño en tu interior
- crear condiciones para la recuperación (esparcimiento, auto-gratificacion, socializar con amigos, cambiar de estilo de vida o hacer aquellas cosas que te hagan feliz o eleven tu autoestima)
- atender tus necesidades básicas (dormir y alimentarse bien)
- analizar la situación dentro de su contexto (qué, cómo y por qué condujo a este estado);
- analizar los distintos caminos para solucionar la situación de conflicto y, si no es posible, ver en qué condiciones es posible sobrellevarla.
- sacar conclusiones, agradecer la experiencia. Entender que las situaciones desagradables nos ponen a prueba y a menudo nos permiten fortalecernos y aprender algo nuevo.
¿Qué puedo hacer ante una crisis nerviosa?
Estas son algunas de las medidas sugeridas por muchos terapeutas y profesionales:
- Meditación
- Iniciar una terapia con un psicólogo
- Practicar técnicas de respiración y relajación
- Entablar una comunicación agradable con personas interesantes
- Recrearse y divertirse, viajar o cultivar momentos de alegría y placer que redunden en un crecimiento de la confianza, la armonía y promuevan emociones positivas: amor, alegría, etc.
Finalmente, debemos comprender que cada persona tiene necesidades diferentes, por eso el proceso y la experiencia es individual. Lo principal es aprender a escucharnos, a pasar tiempo consigo mismo e identificar a tiempo nuestras necesidades y prestar atención a las señales a tiempo.
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